martes, 24 de diciembre de 2013

BAILANDO UN TANGO ENTRE BESOS




El amor a media luz
se inspiró
en el sofá que estaba de medio lado,
allí te di mi primer beso
que te dejo embelesada
llenándote  tu alma
de una rara  sensación.

Así fue creciendo nuestro amor,
un amor puro,
único  y tan especial
porque  pude conquistar
la pasión que habita en ti,
y la  ternura que me lleva
a la tentación
de tu corazón.

Me pusiste nervioso
sentí tu acoso
que me penetraba  como un puñal tu mirada,
mi ojos se enaltecieron
del más puro  amor travieso
que me domina
mientras avanzaba la noche,
dejándome muy tieso.

 Te convertiste de repente
en  una fiera indomable
más ágil que un  tigre de bengala,
desgarraste mi ropa
y tu  ímpetu me fascinaba
por tanto derroche
que los dos
no podíamos  disimular.

La noche se abalanzo
como una  tormenta de hielo,
mi corazón inquieto
penetro como un picahielos en el tuyo
y desesperadamente
no pude contener los deseos
y arrope tu piel
con mi cuerpo
y fuiste mía desde ese momento
cuando probé
la dulce miel de tú deseos más infames
mientras bailábamos
un tango
entre besos…


Santos M. González

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