El amor a media luz
se inspiró
en el sofá que estaba de medio lado,
allí te di mi primer beso
que te dejo embelesada
llenándote tu
alma
de una rara
sensación.
Así fue creciendo nuestro amor,
un amor puro,
único y tan
especial
porque pude
conquistar
la pasión que habita en ti,
y la ternura
que me lleva
a la tentación
de tu corazón.
Me pusiste nervioso
sentí tu acoso
que me penetraba
como un puñal tu mirada,
mi ojos se enaltecieron
del más puro amor travieso
que me domina
mientras avanzaba la noche,
dejándome muy tieso.
Te convertiste de repente
en una fiera indomable
más ágil que un tigre de bengala,
desgarraste mi ropa
y tu ímpetu me
fascinaba
por tanto derroche
que los dos
no podíamos
disimular.
La noche se abalanzo
como una
tormenta de hielo,
mi corazón inquieto
penetro como un picahielos en el tuyo
y desesperadamente
no pude contener los deseos
y arrope tu piel
con mi cuerpo
y fuiste mía desde ese momento
cuando probé
la dulce miel de tú deseos más infames
mientras bailábamos
un tango
entre besos…
Santos M. González
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