En aquel momento donde te encontré,
vi tu reflejo en el agua,
note, en tus ojos que me querías decir
muchas cosas
aunque las reservaste
conservando tus palabra....
Sentí que se abrías mi pecho,
quería entregarte
mi amor exquisito,
atraparte en el amor cautiva
desde la noche
hasta que salga el alba...
Como un esclavo de tu amor
seguí detrás de ti
y con cautela
hasta ver
a donde llegabas tu osadía
y así acortar la distancia
entre tu cuerpo
y el mío..
Busque
en el desdén
el reflejo
de tu alma
y vi en tu mirada
lo que expresaba tus deseo,
no disimulaste tu sentir,
me lance rápido al acecho,
agarrándote por tu cintura
y entre susurro te pedí:
“Entrégame
el amor,
tu piel
y tu hermoso
cuerpo,
soy un viejo zorro
que te quiere amar
en mi lecho”…
Autor: Santos M.
González
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